Esta mañana hemos celebrado una sesión del Club de lectura en la que hemos leído y comentado algunos fragmentos del libro El curioso incidente del perro a medianoche. Hemos aprovechado que estamos en noviembre, el mes del objetivo rompiendo barreras para conocer la personalidad, la carencia de habilidades sociales, los miedos, las inseguridades y la incomprensión que muchas veces sufren las personas con TEA (trastorno del espectro autista). Nos hemos reído con algunas ocurrencias del protagonista y hemos aprendido mucho sobre sus limitaciones. Dice la contraportada del libro: "A sus quince años, Christopher conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de una vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable". Al final del libro, el protagonista descubre quién ha matado al perro y, de paso, algunos secretos sobre sus padres que él desconocía. Si os animáis a leerlo, pasaréis un buen rato y os explicaréis el comportamiento de vuestros compañeros, familiares o vecinos que tienen TEA. A la conclusión que hemos llegado es que debemos conocer, preguntar, informarnos sobre este trastorno y respetar al que, en principio, parece diferente. Hagamos un esfuerzo por comprender a los demás y aprender de ellos. En realidad todos somos únicos y distintos y eso hace que nuestra vida en sociedad sea más enriquecedora.
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